domingo, 14 de diciembre de 2008

Benjamin Franklin y los judíos


Con seguridad, todos conocen al personaje cuya fotografía se exhibe aquí arriba. No es otro que Benjamin Franklin (Boston, 17 de enero de 1706 - Filadelfia, 17 de abril de 1790). Franklin es, quizás, uno de los personajes más atractivos de la historia, tanto norteamericana como del mundo, precisamente por su carácter genial: fue político, músico, poeta, científico e inventor, destacándose en todos los ámbitos de su vida y llegando a ser considerado como uno de los padres fundadores del hoy arruinado Estados Unidos.

Sin embargo, muy poca gente sabe lo que Franklin opinaba acerca de los judíos. Esto es porque, si uno entra a wiki (jew) pedia u otras páginas políticamente correctas o con el suficiente control del "Gran Hermano", sólo encontrará aquellos factores de su vida que son -al menos- inocuos para la Judería Mundial; es decir, se hablará de la imprenta, el pararrayos, la chimenea o los asuntos políticos en Europa o Filadelfia, Estados Unidos.


Pero ¿qué dijo Franklin cuando, en 1787 se trabajaba en la Convención Constitucional de Filadelfia, Pennsylvania, por un texto definitivo para la constitución estadounidense? Bueno, lo que dijo demostró que, además de todas las extraordinarias cosas que fue durante su vida, Franklin fue además un visionario...un clarividente.


He aquí lo que dijo:


“Existe un gran peligro para los Estados Unidos de América. Ese gran peligro es el judío. Señores, en cualquier país donde los judíos han logrado establecerse, han degradado la moral y la honradez comercial; se aíslan en vez de integrarse. Se burlan del cristianismo y tratan de minar la religión sobre la cual este país fue fundado, objetando sus restricciones. Han creado, en las diversas naciones donde residen, un Estado dentro de un Estado, y cuando han sido resistidos, han tratado de estrangularlos hasta la destrucción económica, como en los casos de España y Portugal.

Por más de 1700 años, los judíos se han quejado de haber sido expulsados de su tierra, como ellos han llamado a Palestina. Pero si el mundo civilizado les diese otra vez Palestina, no les faltarían motivos para no volver allá. ¿Por qué? Porque son vampiros, y los vampiros no viven de otros vampiros. Ellos no pueden vivir entre ellos mismos. Deben susbsistir de pueblos cristianos y otros que no son de su propia raza.

Si ustedes no los excluyen de la Constitución de los Estados Unidos, ellos, dentro de 200 años, habrán entrado en tan grande cantidad en nuestro país, que lo dominarán y se lo engullirán. Modificarán nuestra forma de gobierno, por la cual nosotros, los americanos dimos nuestras vidas y nuestra sangre y por la cual arriesgamos nuestra libertad.

Si ustedes no los excluyen, vuestros descendientes estarán, dentro de 200 años, trabajando solamente para los judíos, que sentados en sus sillones mullidos, se frotarán las manos contando el dinero que nosotros ganamos. ¡Los estoy previniendo, señores! Si no excluyen a los judíos para siempre, sus hijos los maldecirán en sus tumbas.


Los judíos son asiáticos y nada más, cualquiera sea el lugar donde hayan nacido, y sin importar cuántas generaciones se alejen de Asia. Son y siempre serán de la misma manera. Las costumbres y usos judaicos no son compatibles con la vida de los norteamericanos, aunque el judío viva diez generaciones en nuestro medio. Un leopardo no pierde sus manchas. Los judíos son asiáticos, constituyen un peligro para nuestro país si se les permite entrar aquí, y debieran ser excluidos por esta convención constitucional.”


Bueno, sólo queda por decir que, para el año 1980, EEUU ya era un país absolutamente dominado por estas ratas ambiciosas, sedientas de dinero y poder...

Benjamin Franklin advirtió a los miembros de la Asamblea Constitucional en 1787 y, por ignorarlo, TODOS ESTAMOS PAGANDO EL PRECIO...


Saludos.

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