martes, 31 de marzo de 2009

Dibujo "humorístico" o el por qué los judíos sólo reaccionan cuando los atacan a ellos



El 25 de marzo recién pasado, el dibujante australiano radicado en Estados Unidos, Pat Oliphant, publicó en distintos medios impresos y electrónicos norteamericanos, esta singular viñeta, que da cuenta de la última "visita" del ejército de la entidad sionista a Gaza. En ella, se encuentra marchando, con paso de ganso, un soldado sin cabeza, con botas altas, una espada en una mano y en la otra una "estrella" de David, con una rueda, y que tiene ojos feroces y colmillos, semejante a un tiburón, acorralando a una pequeña mujer con un bebé, en cuyas ropas, dice "Gaza".

Como era de esperar, las asociaciones lobbyistas judías como la "Liga Anti Difamación" (ADL por las siglas de su nombre en inglés) y el infame centro del crimen organizado internacional, con Patente de Corso del régimen sionista norteamericano, el Centro Simon Wiesenthal, se han quejado y lloriqueado amargamente por la caricatura "antisemita" de Oliphant, el que, dicho sea de paso, es uno de los dibujantes de contenido político más importantes y respetados en Estados Unidos.

El director de la mafiosa Liga Anti Difamación, Abraham Foxman, uno de los personajes más terroríficos de la escena judía mundial, cuyas botas son lamidas con fruición por políticos demócratas y repúblicanos, con el objeto de mantener su estatus y sus ganancias, señaló respecto de esta caricatura:

No es la primera vez”. Espetó luego que este tipo de “antisemitismo” (típico) era peligroso, “porque Oliphant es un muy respetado caricaturista político” y “que aparezca en Estados Unidos, en los diarios más importantes, le da una credibilidad a este mensaje que no debería tener”.

Ahora, se mostró bastante indignado con el hecho de que la caricatura tuviera una notoria resemblanza a la imaginería nazi: “No es la primera vez que compara a los israelíes con los nazis, ya lo hizo en el pasado. Es la consecuencia de la mente pervertida, tendenciosa y creativa de un caricaturista…

Foxman sostuvo que “representar la respuesta israelí para defender a sus ciudadanos, como un monstruo nazi que se traga a Gaza, no tiene que ver con lo que Israel hizo o no, sino que es parte de su interpretación pervertida y antisemita ”…Seguro que no, Foxman, ¡no sé cómo se le pudo ocurrir algo así!

Argumentó también que la Operación Plomo Fundido llevada a cabo en enero “fue una guerra que Israel realizó para proteger las vidas de sus mujeres y niños que eran bombardeados por misiles de Hamas” y esto fue en Gaza, “que Israel devolvió” y que “está controlada por una organización que quiere matar a judíos”.

Lo que omitió decir es que: 1) no fue guerra, pues no hubo dos bandos y la mayoría de las “bajas”, como quisiera él llamar a los palestinos caídos, no eran sino civiles, mujeres, niños y ancianos; 2) Israel NUNCA devolvió Gaza, pues sólo salió de ahí para controlarla desde sus fronteras, imponiendo un bloqueo que ha matado de hambre a los palestinos e impidiendo cualquier atisbo de libertad y desarrollo en ese lugar y; 3) Hamas es una organización que legítimamente ganó las elecciones que tanto querían Estados Unidos y Gran Bretaña, esbirros incondicionales del sionismo…si quieren matar judíos, Foxman debiera preguntarse “¿por qué?”.

Por otro lado, los Rabinos Satánicos y decanos del Centro Simon Wiesental, Marvin Hier y Abraham Cooper señalaron que "No hay nada en la caricatura que no tenga por objeto denigrar y demonizar al Estado judío"..."La imaginería en esta caricatura evoca la venenosa propaganda antisemita de la era nazi y soviética. Son caricaturas como estas las que incitaron al odio en los años 30 y ayudaron a construir el escenario para el genocidio nazi".

Lo que olvida este par de talmudistas, sucesores del Sanhedrin asesino de Jesús, es que el "Estado judío" ya está denigrado y demonizado. Denigrado por sus propios actos de barbarie e inhumanidad y demonizado por su propia religión satánica, depravada y chauvinista. Por otra parte, la propaganda nazi anti judía fue una reacción a años de robo, saqueo desvergonzado y destrucción económica, política y social, de exclusiva responsabilidad de los judíos...¿escenario? por cierto, porque el famoso holocausto no es más que un teatro, no es más que ficción. ¡Ah! Se le olvidó también mencionar que, pese a la propaganda antijudía en la URSS, su mandamás, el depravado, asesino, tirano y JUDÍO Joseph Stalin (Iosif Djugashvili, que en georgiano signiifica José Hijo de Judío), ordenó la pena de muerte para los "antisemitas activos".

En todo caso, independiente de todas estas observaciones, es importante recalcar que NINGUNA ORGANIZACIÓN JUDÍA, en NINGUNA PARTE DEL MUNDO, tuvo quejas, reparos o aun inconvenientes cuando se supo que los soldados israelíes que fueron "en defensa de sus hombres, mujeres y niños" de los "asesinos de Hamas" usaban poleras como esta:

Polera utilizada por un soldado judío. En ella aparece una mujer musulmana palestina embarazada en una mira y abajo dice "un tiro, dos muertos".

Lo cierto es que, como siempre, los judíos del mundo -la mafia más grande que se ha conocido en la historia de la humanidad- ha reaccionado ante un "ataque", que en realidad no es más que la legítima reacción de personas cada vez más pensantes y cada vez más críticas de la política colonial, criminal y barbárica de los judíos. Dios proteja a Pat Oliphant, porque lamentablemente, no hay organización humana que pueda hacerlo...nadie puede escapar del poder del Simon Wiesenthal, los cazadores de "nazis", absolutos irrespetuosos del Derecho Internacional. Nadie está a salvo del espionaje ilegal de la ADL, ante el cual, el pobre dibujante, deberá agachar su cabeza y con un tono hipócrita deberá pedir perdón por su "antisemitismo" y su "intolerancia"...esperemos que ello no ocurra.

Saludos.

sábado, 28 de marzo de 2009

El final de la historia judía

El artículo que a continuación transcribo va en la misma línea de aquel que publiqué, respecto a la inminente posibilidad de que Israel, como Estado, desaparezca en un futuro cercano (de acuerdo a las estimaciones de la CIA, no más de 20 años). Ahora bien, este ensayo, exquisitamente redactado por Gilad Atzmon, un músico de jazz y escritor judío, actualmente radicado en Inglaterra, desde donde se desempeña como un ferviente activista pro-palestino (ojo con eso, relaciónenlo con los otros judíos que nombré, como Falk o Finkelstein), da muchas luces acerca del papel de la religión (o pseudo religión, como prefiero calificar yo al judaísmo) en lo que es la historia de los judíos y cómo, a lo largo de la historia, se las han ingeniado para arruinar al mundo, no accarreando -finalmente- otra consecuencia que su propia perdición...para felicidad de todos los demás.

Léanlo y disfruten. No todos los días se tiene la oportunidad de leer a un tipo tan inteligente (debe ser porque DEJÓ el judaísmo).

Saludos.



La guerra contra el terror interior
El final de la historia judía

Gilad Atzmon
Palestine Think Tank
Traducido para Rebelión y Tlaxcala por S. Seguí

El artículo que presento hoy es probablemente lo más importante que he dicho nunca en relación con la brutalidad israelí y la identidad contemporánea judía. Soy consciente de que podía haber expuesto mis pensamientos en un libro de más alcance o en un texto académico de análisis; sin embargo, voy a hacer exactamente lo contrario: lo voy a expresar del modo más corto y sencillo posible.

En las pasadas semanas hemos sido testigos de una campaña genocida israelí contra la población civil palestina en Gaza. Hemos visto cómo uno de los ejércitos más potentes del mundo aplastaba mujeres, ancianos y niños. Hemos visto cómo un vendaval de armas no convencionales estallaba sobre escuelas, hospitales y campamentos de refugiados. Antes de esto sabíamos de crímenes de guerra, pero esta vez la transgresión israelí ha sido radicalmente diferente: contaba con el apoyo de la absoluta mayoría de la población judía israelí. La campaña militar del ejército israelí en Gaza contó con el apoyo del 94% de la población israelí. El 94% de los israelíes aparentemente aprobaron los ataques aéreos contra civiles. El pueblo de Israel pudo ver la carnicería en sus televisores, oír las voces, ver los hospitales y campamentos de refugiados en llamas, y sin embargo nada de ello les provocó la menor emoción. No hicieron gran cosa por poner coto a sus despiadados líderes, “democráticamente elegidos.” En cambio, algunos de ellos tomaron sus asientos plegables y se instalaron en las colinas que dominan la Franja de Gaza, para observar cómo su ejército convertía Gaza en un moderno coliseo de sangre hebreo. Incluso ahora, cuando la campaña parece haber acabado y se conoce la escala de la carnicería de Gaza, los israelíes siguen sin dar señales de remordimiento. Como si todo esto no fuera suficiente, durante todo el tiempo que duró la guerra, judíos de todo el mundo se movilizaron en apoyo a su Estado únicamente-judío. Un apoyo popular de esta envergadura a los crímenes de guerra es algo inaudito. Los estados terroristas efectivamente matan, pero siempre con un punto de timidez al respecto. En la URSS de Stalin se mataba en remotos gulags, y los nazis alemanes ejecutaban a sus víctimas en el fondo de los bosques, tras alambres de espinos. En el Estado judío, los israelíes asesinan a la luz del día a mujeres, niños y ancianos indefensos, y utilizan armamento convencional contra escuelas, hospitales y campamentos de refugiados. Este nivel de barbarie exige a gritos una explicación. La tarea pendiente puede definirse, fácilmente, como una búsqueda de comprensión de la brutalidad colectiva israelí. ¿Cómo puede ser que esta sociedad haya conseguido perder hasta el último rastro de compasión y misericordia?

El terror interior

Más que cualquier otra cosa, los israelíes y todas las comunidades judías que les han apoyado están aterrorizados por la brutalidad que encuentran en sí mismos. Cuanto más implacables son, más asustados se vuelven. La lógica es sencilla. Cuanto más sufrimiento se inflige al otro, más ansiedad acumula uno ante el potencial de capacidad de muerte que halla en torno. En otras palabras, el israelí proyecta en el palestino, el árabe, el musulmán y el iraní la agresividad que encuentra en sí mismo. Teniendo en cuenta que la brutalidad israelí ha demostrado no tener límites ni comparación posible, su ansiedad es por lo menos igual de grande.

Al parecer, los israelíes sienten temor de que ellos mismos sean sus propios esbirros. Han entablado una mortífera batalla con el terror interior. Pero los israelíes no están solos. El judío de la diáspora que se manifiesta en apoyo de un Estado que lanza fósforo blanco sobre civiles está atrapado en la misma trampa devastadora. Con su entusiasta respaldo de un crimen insoportable, siente horror ante el pensamiento de que la crueldad que encuentra en sí pueda manifestarse también en otros. El judío de la diáspora que apoya a Israel está destrozado por la imaginaria posibilidad de que un acto brutal similar al suyo pueda un día infringírsele. Esta misma preocupación explica todo lo relativo al antisemitismo. Es básicamente la proyección de una acción colectiva sio-céntrica tribal e implacable sobre otros.

No hay conflicto israelo-palestino

Lo que tenemos a la vista es la clara formación de un círculo vicioso en el que los israelíes y sus defensores se están convirtiendo en un meteoro vengativo insular, alimentado por una agresión interna explosiva. El significativo de todo ello es bastante revelador. Dado que los palestinos no pueden hacer frente militarmente a la agresión israelí y su capacidad destructiva, tenemos derecho a afirmar que no hay un conflicto israelo-palestino. Todo lo que hay es una psicosis israelí en la que este pueblo está siendo demolido por la ansiedad producida por el reflejo de su propia crueldad. Al ser considerados los nazis de nuestra época, los israelíes están por ello condenados a ver un nazi en cualquier persona. Del mismo modo, no hay un aumento del antisemitismo. El judío de la diáspora sionista está simplemente destrozado por la posibilidad de que alguien más esté tan corrompido éticamente y sea tan cruel como él mismo ha demostrado ser. En pocas palabras, las políticas israelíes y la acción de los grupos de presión sionistas deberían ser considerados nada menos que como una paranoia colectiva sio-céntrica letal, al borde de la psicosis total.

¿Hay modo de redimir a los sionistas de esta sangrienta incursión? ¿Hay manera de cambiar el curso de la historia y salvar a los israelíes y sus partidarios de la depravación total? Probablemente, la mejor manera de plantear esta cuestión es preguntando si hay algún modo de salvar a los israelíes y los sionistas de sí mismos. Como pueden imaginarse, no estoy exactamente interesado en salvar a los israelíes o los sionistas; sin embargo, tengo para mí que la redención de los sionistas de su transgresión puede traer perspectivas de paz a Palestina, Iraq y probablemente el resto de nosotros. Para los que no consiguen verlo, Israel es sólo la parte visible del iceberg. A fin de cuentas, Estados Unidos, Gran Bretaña y Occidente están en la actualidad sujetos a formas similares de la política del miedo, que son el producto directo de la mortífera ideología y práctica intervencionista de los neocon.

El psicoanalista de Nazaret

Hace muchos años –se afirma– vivía entre sus hermanos un israelita, en la tierra de Canáan. Como los actuales israelíes, estaba rodeado de odio, venganza y miedo. En un momento dado, decidió intervenir e introducir cambios: se había dado cuenta de que no había otro modo de combatir la crueldad que buscando la gracia. “Poner la otra mejilla”, fue la sencilla sugerencia que propuso. Al definir la psicosis del israelita como “una guerra contra el terror interno”, Jesús percibió que el único modo de contrarrestar la violencia es mirarse en el espejo a la vez que se busca la Bondad dentro de sí.

Es bastante evidente que la lección de Jesús creó las condiciones para la formación de la ética universal occidental. Las ideologías políticas modernas sacaron conclusiones de esta perspectiva cristiana. En Marx, la búsqueda normativa de la igualdad puede considerarse una reescritura secular del concepto de hermandad que propone Jesús. Buscar la paz es, en primer lugar, buscarse a uno mismo dentro de sí. Mientras que los israelíes y sus hermanos gemelos neoconprincipio del placer israelí podría articularse así: el impulso continuo de los israelíes a buscar el placer en el odio, a la vez que infringen dolor a otros. pretenden conseguir la paz por medio de la fuerza disuasoria, la auténtica paz se consigue mediante la búsqueda de la armonía interior. Como nos sugeriría un estudioso lacaniano, amar a tu prójimo es realmente amarte a ti mismo amando a tu prójimo. El caso de los israelíes es exactamente el caso opuesto. Tal como demuestran una y otra vez, se están realmente amando a sí mismos odiando a su prójimo, o, dicho más brevemente, simplemente se aman a sí mismo odiando en general. Odian casi todo: a su prójimo, los árabes, Chávez, los alemanes, el Islam, los gentiles, el cerdo, el palestino, la Iglesia católica, Jesús, Hamás, los calamares e Irán. Piense usted en alguna cosa y seguro que la odian. Uno puede llegar a admitir que odiar tanto debe de ser un proyecto particularmente agotador, a menos que haya en ello algún placer. Y, sin duda, el

Debemos señalar aquí que la guerra contra el terror interior no es exactamente una invención judía. Todos, sean naciones, pueblos o individuos, están sujetos potencialmente a ella. Las consecuencias de la masacre nuclear estadounidense perpetrada en Hiroshima y Nagasaki convirtieron al pueblo estadounidense en un colectivo aterrorizado. Esta ansiedad colectiva se conoce con el nombre de guerra fría. Estados Unidos tiene todavía que redimirse del temor a que alguien más se muestre tan inmisericorde como demostró ser Estados Unidos. En cierto modo, la operación Shock and Awe (Conmoción y pavor) tuvo un efecto similar sobre Gran Bretaña y Estados Unidos. Condujo a la creación de masas horrorizadas fácilmente manipulables por una élite altamente motivada. Este tipo concreto de política es lo que se denomina política del miedo.

Y sin embargo, en el discurso occidental se ha instalado un mecanismo de corrección. A diferencia del Estado judío, que se está radicalizando cada vez más por su propia autoadministrada paranoia, en Occidente se consigue hacer frente y contener el mal. El asesino ha sido denunciado y la esperanza de paz se vuelve a sentir, por ahora. Aunque no sea de los que esperan grandes cambios por parte del presidente Barack Obama, hay una cosa meridianamente clara: Obama fue votado presidente para que trajera cambios. Obama es un símbolo de nuestro genuino intento de limitar el alcance del mal. En el estado judío, no sólo no sucede esto sino que nunca puede suceder. La diferencia entre Israel y Occidente es bastante evidente: en Occidente la herencia cristiana nos da la posibilidad de un deseo enraizado en la creencia en la bondad universal. Sin embargo, estamos ante el peligro constante de la exposición al mal, y tendemos a creer que el bien al final prevalecerá. Por otra parte, en el discurso tribal hebreo, el Bien es la propiedad de los elegidos. Los israelíes no ven bondad o amabilidad en sus vecinos, los ven como salvajes y como una entidad amenazadora para sus vidas. Para los israelíes, la amabilidad es la propiedad específica de ellos mismos, y accidentalmente también son inocentes y víctimas. En el marco del discurso occidental universal, la bondad no pertenece a un pueblo o un único país, pertenece a todos y a ninguno al mismo tiempo. En el marco del patrimonio universal occidental, la Bondad se halla en cada uno de nosotros, y no pertenece a ningún partido político ni ideología. Los elevados conceptos de la gracia y de un Buen Dios están ahí en cada uno de nosotros, siempre cercanos al hogar.

¿Qué clase de Padre es éste?

“Y será, cuando Jehová tu Dios te hubiere introducido en la tierra que juró á tus padres Abraham, Isaac, y Jacob, que te daría; en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, y casas llenas de todo bien, que tú no henchiste, y cisternas cavadas, que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste: luego que comieres y te hartares” (Deuteronomio: 6: 10 -11).

“Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra de la que vas a tomar posesión, él expulsará a siete naciones …y tú los derrotarás. (…) no hagas con ellos ningún pacto ni les tengas compasión.” (Deuteronomio: 7: 1 -2).

Llegados a este punto podemos intentar llegar hasta la causa radical que subyace a la grave falta de compasión del discurso israelí y de los grupos de presión que lo apoyan. Considero que una elaboración de las turbulentas relaciones entre los judíos y sus diferentes dioses pueden arrojar algo de luz sobre este tema. Es evidente que la creciente lista de “dioses”, “ídolos” y “figuras paternas” judías es bastante problemáticas, por lo menos en lo que se refiere a ética y amabilidad. La relación misma entre “el hijo” y “el padre no ético” debe analizarse. La filósofa Ariella Atzmon (mi madre, por más señas) define la complejidad del falso comienzo como el síndrome de Fagin. El personaje de Fagin, de Charles Dickens, es un adulto que recluta a niños y los forma como carteristas y ladrones, cambiándoles por alimentos y cobijo las cosas que los niños roban. Aunque los niños deben estar agradecidos a su maestro, también deben despreciarlo por hacer de ellos ladrones y carteristas. Los niños se dan cuenta de que las cosas que tiene Fagin son robadas y que su amabilidad está lejos de ser honesta o pura. Antes o después los niños se volverán contra su protector, Fagin, en un intento de liberarse de esa trampa inmoral.

Desde una perspectiva padre-hijo, Jehová, el bíblico Dios judío, no difiere mucho de lo que podemos observar en el síndrome de Fagin. El padre de Israel conduce a su pueblo elegido por el desierto hasta la tierra prometida, para que puedan robar y saquear a sus habitantes indígenas. Esto no es exactamente lo que uno podría esperar de un padre ético o de un Dios amable. Por consiguiente, por mucho que los hijos de Israel amen a Jehová, también deben abrigar alguna sospecha sobre el hecho de que los convierta en ladrones y asesinos. También podrían tener alguna aprensión sobre su amabilidad. Así, no deberíamos estar sorprendidos de que a lo largo de la historia judía un buen número de judíos se haya vuelto contra su padre celestial.

Sin embargo, teniendo en cuenta la concepción secular común de que los dioses son en realidad invenciones humanas, uno puede preguntarse qué conduce a la invención de un Dios tan poco ético. ¿Qué es lo que hace que los humanos sigan los mandatos de un Dios así? También sería interesante saber qué clase de Dios alternativo puedan escoger los judíos, una vez se hayan desembarazado de Jehová.

Desde la emancipación, muchos judíos se han disociado del marco tribal tradicional y del judaísmo rabínico. Muchos se han integrado en sus realidades circundantes, han abandonado sus supuestos privilegios y se han convertido en seres humanos corrientes. Muchos otros han insistido en abandonar a Dios, pero a la vez manteniendo su afiliación tribal orientada racialmente; han decidido basar su pertenencia tribal en razones étnicas, raciales, políticas, culturales e ideológicas en lugar de en los preceptos judaicos. Aunque es evidente que han abandonado a Jehová, han insistido a su vez en adoptar una visión secular que pronto se convirtió en un precepto monolítico de características religiosas. A lo largo del siglo XX, las dos ideologías políticas de tipo cuasi religioso que más han atraído a las masas judías fueron el marxismo y el sionismo.

Es factible describir el marxismo como una ideología ética seglar universal. Sin embargo, dentro del proceso de transformación en un precepto tribal judío, el marxismo se las arregló para perder todo rasgo de humanismo o universalismo. Como sabemos, la ideología y la práctica sionistas originales estuvieron dominadas por izquierdistas judíos que se consideraban auténticos seguidores de Karl Marx. Creían, sinceramente, que la celebración de la resurgencia nacional judía a expensas de los palestinos constituía una empresa socialista legítima.

Es interesante constatar que sus oponentes, el Bund antisionista, formado por trabajadores judíos de Europa Oriental, no creían en el despojo institucionalizado de los palestinos; en cambio, creían que despojar a los europeos ricos es un precepto, un gran mitzvah universal, un paso hacia la justicia social.

He aquí algunas estrofas del himno del Bund:

      Juramos perseverar en nuestro odio

      Hacia los que roban y matan a los pobres

      El zar, el patrón, el capitalista

      Nuestra venganza será rápida y segura

      Así pues, jurad: ¡juntos vivir o morir!

Sin entrar en cuestiones relativas a la ética o la afiliación política, es bastante evidente que el himno judeo-marxista está saturado de odio y venganza. Del mismo modo que el entusiasmo de los judíos por Marx, el marxismo, el bolchevismo y la igualdad, el final de la historia es conocido: los judíos abandonaron el marxismo en masse hace ya mucho tiempo. Dejaron la revolución en manos de gentiles ilustrados como Hugo Chávez y Evo Morales, líderes que realmente han internalizado el significado auténtico de la igualdad y la ética universales.

Desde finales del siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX, el marxismo tuvo muchos seguidores entre los judíos europeos; tras el Holocausto, el sionismo se convirtió gradualmente en la voz del judaísmo universal. Como Fagin, los dioses e ídolos sionistas (Herzl, Ben Gurión, Nordau, Weizmann) prometieron a sus seguidores un nuevo comienzo desprovisto de ética, y el expolio de los palestinos fue su vía hacia una justicia histórica pendiente desde hacía siglos. El sionismo transformó el Viejo Testamento de un texto espiritual en un registro de la propiedad de la tierra. Pero, una vez más, como en el caso de Jehová, el sio-Dios transformó a los judíos en ladrones y les prometió la propiedad de otras personas. Esto, en sí mismo, puede explicar el resentimiento israelí hacia el sionismo y la ideología sionista. Los israelíes prefieren verse a sí mismos como los habitantes naturales de la tierra y no como pioneros de un proyecto colonial no-ético de la diáspora judía. Los judíos israelíes alcanzan una posición política por medio de un peligroso escapismo ético. Esto puede explicar el hecho de que del mismo modo que los israelíes aman sus guerras, realmente odian luchar en ellas. No están dispuestos a morir por una gran ideología abstracta y remota, como la nación judía o el sionismo. En su gran mayoría, prefieren lanzar fósforo blanco y bombas de racimo desde lugares alejados.

Sin embargo, durante la relativamente corta historia del moderno nacionalismo judío, el Dios sionista ha hecho buenas migas con otros dioses e ídolos aceptables para la ortodoxia. Ya en 1917, Lord Balfour prometió a los judíos que construirían su hogar nacional en Palestina. Inútil decir que, como en el caso de Jehová, Lord Balfour convirtió a los judíos en saqueadores y ladrones con su promesa directamente falta de toda ética. Prometió a los judíos la tierra de otros, con lo que dio pie a un comienzo en falso. Evidentemente, no tuvo que pasar mucho tiempo antes de que los judíos se volvieran contra el Imperio Británico. En 1947, las Naciones Unidas cometieron exactamente el mismo estúpido error: dieron acta de nacimiento a un Estado sólo para judíos, de nuevo a expensas de los palestinos. La ONU legitimó el robo de Palestina en nombre de las naciones. Como en el caso del arrinconado Jehová, no pasó mucho tiempo antes de que los judíos se volviesen contra la ONU. “No importa lo que digan los gentiles, lo que importa realmente es lo que hagan los judíos”, afirmó el primer ministro israelí David Ben Gurión. Recientemente, los israelíes se las han arreglado para rechazar incluso a sus mejores y más servidores amigos en la Casa Blanca. La víspera de las últimas elecciones presidenciales, algunos generales israelíes fueron filmados denunciando al presidente Bush por “perjudicar los intereses israelíes con su abrumador apoyo”, en palabras del general de brigada retirado Shlomo Brom. Los generales israelíes culpaban básicamente a Bush por no haber puesto freno a Israel en la destrucción de sus vecinos. La moral es bastante clara: los sionistas y los israelíes se volverán inevitablemente contra los dioses, ídolos, padres, etc. que traten de ayudarlos. Este es el significado real del síndrome de Fagin, en el contexto político israelí. Siempre se volverán contra sus padres.

En mi opinión, el más interesante de todos los sistemas de creencias judíos es la Religión del Holocausto, que el filósofo israelí Yeshayahu Leibowitz definió acertadamente como la nueva religión judía. El aspecto más interesante de la Religión del Holocausto es su Dios-figura, es decir “el Judío.” El seguidor judío de este nuevo precepto dogmático cree en “el Judío”, aquél que se redimió a sí mismo. El que sobrevivió al acontecimiento genocida final. Los creyentes creen en “el Judío”, la víctima inocente atormentada que volvió a su “tierra prometida” y ahora celebra su exitosa narrativa del renacer. Hasta cierto punto, en el discurso religioso del Holocausto, el judío cree en “el Judío” que se manifiesta en sus poderes y sus cualidades eternas. Dentro de este marco religioso de nuevo cuño, la Meca es Tel Aviv y los Santos Lugares el Museo Yad Vashem del Holocausto. La nueva religión tiene muchos lugares de culto (museos) en todo el mundo y tiene muchos sacerdotes que difunden el mensaje y castigan a los elementos que lo cuestionan. Desde una perspectiva judía, la Religión del Holocausto es una expresión totalmente transparente del amor a uno mismo. Es el lugar donde se unen pasado y futuro en un presente significativo, el momento en que la historia se traduce en praxis. Conscientemente o no, todas las personas que se identifican política e ideológicamente (más que religiosamente) como judíos sucumbe, en la práctica, a la Religión del Holocausto, y se convierte en seguidor de su figura paterna: “el Judío.” Sin embargo, podemos preguntarnos, ¿qué sucede con la Bondad? ¿hay algún tipo de gracia en esta nueva figura del padre? ¿Hay algún tipo de gracia en esta narrativa de víctimas inocentes que se celebra cada día a expensas del pueblo palestino?

Si la Historia tiene fin, la Religión del Holocausto representa el fin de la historia judía. A la luz de la Religión del Holocausto, el Padre y el Hijo se unen al fin. Al menos en el caso de Israel y el sionismo, se funden en una amalgama de ideología y realidad genocidas. A la luz de la Religión del Holocausto y su épica ética de la supervivencia, el Estado judío se considera legitimado para arrojar fósforo blanco sobre mujeres y niños que previamente ha encerrado en una prisión al aire libre de la que no pueden escapar. Tristemente, los crímenes cometidos por el Estado judío se han cometido en nombre del pueblo judío y de su turbulenta historia de persecuciones. La Religión del Holocausto trae a la vida lo que parece ser la última forma posible de brutal encarnación insular.

Históricamente, los judíos han abandonado a muchos dioses: a Jehová, a Marx; incluso algunos nunca siguieron el sionismo. Pero a la luz de la Religión del Holocausto, con las escenas de Gaza, Jenin y Líbano en mente, el Judío puede verse obligado a continuar la tradición y abandonar al “Judío.” Tendrá que aceptar que esta nueva forma de figura paterna fue creada a su imagen y semejanza. Más preocupante aún es el hecho devastador de que el nuevo padre ha demostrado ser una llamada al crimen. Aparentemente, el nuevo padre es el definitivo Dios del mal de la lista.

Me pregunto cuántos judíos tendrán el valor de expulsar a esta esotérica figura-padre de reciente creación. ¿Tendrán el valor de unirse al resto de la Humanidad y adoptar un discurso ético universal?

Si los judíos son capaces de deshacerse del “Judío” es algo que sólo el tiempo dirá. Para aclarar dudas, diré que yo personalmente me deshice de mi “Judío” hace ya mucho tiempo y la vida me sonríe.


martes, 24 de marzo de 2009

Experto de ONU denuncia crímenes de guerra de Israel pero teme a impunidad

Ya antes en este Blog he hablado acerca de Richard Falk, el relator para la ONU en Palestina (me niego y me negaré siempre a hablar de territorios ocupados, pues Palestina completa lo está y no sólo las fronteras del 67).

El señor Falk, que es judío, merece todo mi respeto, pues al igual que otros como Norman Finkelstein, Daniel Baremboin, lucha tenazmente y contra toda expectativa de éxito, por desenmascarar al sionismo y a la judería internacional. Yo no sé qué entienden ellos cuando sus rabinos les enseñan que el judaísmo es la religión de Dios y que ellos son el pueblo elegido. Sin embargo, sus actos hablan más por ellos que cualquier otra cosa.

En la noticia que a continuación transcribo (del Diario Ultrasionista, La Tercera), Falk da cuenta de los crímenes de guerra perpetrados por la Entidad Sionista en la última (hasta ahora) invasión a Gaza. Me sorprende que no haya, en el mencionado reporte, alusiones a que Falk es un ebrio, un homosexual o un mentiroso compulsivo, con el objeto de desacreditar lo que él ha señalado aquí. La Tercera es, sin dudas, un diario sionista y activo partícipe del Lobby Judío en Estados Unidos (el infame AIPAC); pero, al parecer, la flojera de sus periodistas "copy+paste" puede más que sus ignominiosos ideales.

Saludos.

Experto de ONU denuncia crímenes de guerra de Israel pero teme a impunidad

Un informe concluye que el recurso e fuerza que usó Israel entre el 28 de diciembre y el 18 de enero no estaba legalmente justificado.

El relator de la ONU para los territorios ocupados palestinos, Richard Falk, dijo que hay pruebas de que Israel cometió crímenes de guerra en Gaza, pero reconoció que el doble estándar que impera en las relaciones internacionales no facilitará que se haga justicia.

"La estructura intergubernamental (de los estados de la ONU) está diseñada por las fuerzas geopolíticas, y los países del Norte y los del Sur son tratados de distinta manera. No se trata igual a Chile, Irak o Camboya, que a Estados Unidos, China o Israel", aseguró Falk en una conferencia de prensa, después de presentar hoy su informe ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

En el texto sobre la reciente operación militar israelí en Gaza en la que murieron más de 1.400 palestinos, en su gran mayoría civiles Falk concluye que el recurso a la fuerza, de la manera en que lo hizo Israel entre el 28 de diciembre y el 18 de enero, no estaba legalmente justificado y fue potencialmente un crimen de guerra.

El relator destaca dos aspectos para apoyar su opinión: el hecho de que Israel empleó armamento de todo tipo, aviones, armas pesadas e incluso armas prohibidas contra zonas densamente pobladas por civiles, y el cierre de todas las fronteras de la franja para impedir la huida de éstos de las áreas de combate.

Falk considera que si no es posible distinguir entre los objetivos militares y los civiles y dadas las condiciones de Gaza no lo es "lanzar ataques de ese tipo es inherentemente ilegal y podría constituir un crimen de guerra de la mayor magnitud bajo la ley internacional".

Y agrega que "considerando que los ataques iban dirigidos contra áreas densamente pobladas, era en cierto punto inevitable, y desde luego previsible, que hospitales, centros educativos y religiosos y sedes de la ONU fueran alcanzadas por los bombardeos israelíes, y que se registraran numerosas víctimas civiles".

Sobre el segundo elemento, que él llama "negación de refugio" al no permitirse a los civiles huir de Gaza, el experto afirmó que puede tratarse de "un nuevo tipo de crimen contra la humanidad" y recordó que "incluso en Irak, donde EEUU ha cometido muchas cosas, antes de lanzar una ofensiva contra Faluja se permitió a los civiles salir".

En la ofensiva murieron 1.434 palestinos, de los cuáles 235 combatientes y 960 civiles, entre ellos 288 niños y 121 mujeres.

Otros 5.303 palestinos fueron heridos, de ellos 1.606 niños y 828 mujeres, pero Falk afirma que los traumas psíquicos son aún mucho mayores.

El relator propone una investigación por parte de "tres o más respetados expertos en leyes internacionales de derechos humanos y ley criminal internacional", que englobe "todo el espectro de las violaciones cometidas tanto por las fuerzas armadas israelíes como por Hamas".

Sin embargo, destacó, "eso no debe llevar a malas interpretaciones, pues la magnitud de las violaciones cometidas por Israel es muchísimo mayor que las que haya podido cometer Hamas".

Sobre esta organización, afirmó que "es indispensable tratarla como a un actor político y no como a un grupo terrorista" para que haya alguna posibilidad de que se logre un arreglo político al conflicto, y recordó que "tanto Estados Unidos como, en menor medida, Israel, impulsaron a Hamas a participar en las elecciones palestinas del 2006".

Tras ganar los comicios en Gaza, recordó Falk, "Hamas propuso a Israel prolongar el alto el fuego, y lo mantuvo más de un año a pesar de las continuas provocaciones y ataques israelíes".

En ese sentido, el experto desmonta en su informe la tesis ampliamente difundida por Israel de que la ofensiva muestra que durante el periodo de alto el fuego de los meses previos, "en el 79 por ciento de los casos de incidentes violentos, era Israel quien rompía el alto el fuego".

Falk cree que en una posible investigación son aplicables las jurisprudencias de los principales tribunales internacionales, como el de la ex Yugoslavia, Ruanda y Corte Penal Internacional.

lunes, 23 de marzo de 2009

La CIA afirma que Israel caerá en 20 años

Contrario a lo que todo el mundo me dice cada vez que se habla de Israel y el sangriento conflicto que su existencia ha provocado en el Medio Oriente y las repercusiones económicas y sociales en el resto de este planeta dominado por judíos sionistas criminales, mafiosos y degenerados, la misma CIA ha reconocido que el porvenir del estado criminal judío (valga la redundancia), no tiene más futuro que 20 años. Esto fue revelado al público por el connotado abogado estadounidense de Derechos Humanos, Phd Franklin Lamb.

Así como otras veces, la historia de este pueblo de gusanos y ratas inmorales (con perdón de los animales mencionados) se ve próxima a una nueva expulsión de un territorio al que llegaron hace 60 años a dominar por medio de la brutalidad.


Este es un corto pero interesante artículo, para mi "vuelta a las canchas".


Ya vendrán más, y volveré específicamente sobre este tema...


Saludos, y Dios escuche a la CIA (debe ser lo más raro que he dicho en mi vida)
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Franklin Lamb


Así lo reveló el abogado de Derecho Internacional Franklin Lamb
Un informe de la CIA afirma que Israel caerá en 20 años

Timeturk

Traducido por Nadia Hasan y revisado por Germán Leyens

Un estudio realizado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA en sus siglas en inglés) ha arrojado dudas sobre la supervivencia de Israel más allá de los próximos 20 años.

El abogado de Derecho Internacional Franklin Lamb señala que el informe de la CIA predice un inevitable avance hacia una solución de un Estado desde la solución de dos Estados - un esfuerzo encabezado por Washington y Occidente para ver a los palestinos y los colonos israelíes conviviendo en los territorios ocupados.

El informe prevé el regreso de todos los refugiados palestinos a los territorios ocupados, y el éxodo de dos millones de israelíes - que se trasladarían a EE.UU. en los próximos quince años.

"Hay más de 500.000 israelíes con pasaporte estadounidense y más de 300.000 viven sólo en la zona de California ", dijo Lamb en una entrevista con Press TV el viernes, agregando que los que no tienen pasaporte estadounidense o de un país occidental, ya los han solicitado.

“Por lo tanto pienso que, al menos entre la opinión pública israelí, está claro…lo que sugiere que tarde o temprano la historia rechazará la empresa colonial”, subrayó Lamb.

Dijo que la CIA, en su informe, alude a la inesperada y rápida caída del gobierno del apartheid en Sudáfrica y recuerda la desintegración de la Unión Soviética a principios de 1990, sugiriendo el fin del sueño de una "tierra de Israel" que pasaría "mucho más temprano "que tarde.

El estudio prevé además el regreso de más de un millón y medio de israelíes a Rusia y otras partes de Europa, y denota una disminución de los nacimientos israelíes mientras que un aumento de la población palestina.

Lamb dijo que es posible que, dada la conducta de Israel hacia los palestinos y la Franja de Gaza en particular, el público estadounidense - que ha estado expresando su protesta contra las medidas adoptadas por Tel Aviv en los últimos 25 años - "no la tolere más".

Algunos miembros del Comité de Inteligencia del Senado de EE.UU. han sido informados de este informe.

Fuentes: http://en.timeturk.com/cia-report-israel-will-fall-in-20-years--16912-haberi.html